Plata en mano, culo en tierra
De cryptos y saraza variada
Con el tema crypto soy muy el videito de "no te entiendo nada. Hola, Juan Carlos, cómo estás? Chupapija" porque ni aunque me esfuerce un poco esa abstracción monetaria me parece un juego de ideas e imaginarios, como los amigos que pudimos inventarnos en la infancia.
A mi me hablan de blockchain, apalancarse y Solana (acaso no era un resort de los 90 o algo así?) y entro en modo avión, me escindo y asiento con la cabeza en conversaciones que si fueran de física del sonido, me interesarían más. Así y todo, con todo este preámbulo de limitaciones, no hubiera tirado 2 centavos en una idea de una moneda. Y no por el auspicio de Casa Rosada exchange, sino porque nada me resulta más delirante que timbear con cosas que ni idea, pero dale.
La gente quiere guita (yo también) a costa de no mover mucho el cuerpo (yo también) entonces compra espejitos de colores (yo tampoco).
Siempre me acuerdo de Graciela, comerciante de toda la vida, que sobrevivió los embates de la crisis del 2002 vendiendo 100g de salchichón primavera a 1 peso, que rezaba "plata en mano, culo en tierra". No voy a desestimar el conocimiento y la teoría académica, pero reivindicaré a la universidad de la calle.
En una reunion en la que la única no kirchnerista era yo, un padre de una aspirante al Pellegrini preguntaba "por qué educación financiera en el colegio? Acaso eso no se enseña en casa?" y contesté con sinceridad que si de mi papa dependía, estaría frita, pues es el campeón mundial de hacer desastres con las tarjetas y "aprendió" (mentira) a los 60 a hacer menos lío. La respuesta es equivalente a la importancia de la ESI: porque no en todas las casas se habla. ¿Debería empezar en casa? Sí. Pero para que eso pase, los padres deberían tener algunas nociones. Es una rueda. Me interesaria que mi hija no caiga en ponzis, no más que eso. Bueno y que gaste acorde a sus ingresos. Poquito pero eficaz, porque quizá evitaríamos al peronismo como efecto colateral del caso. Quien sabe.
Por lo pronto, mientras más se investiga el asunto, me preocupa que un economista difunda o promocione, seguál, esto. Más me preocupa que sea el Presidente, digamos todo, pero sin educación financiera y habiendo nacido en Argentina, elijo como filosofía el título de este artículo.